El té pakistaní es mundialmente conocido por ser un té negro con aporte de especias, sobre todo la canela y el clavo, que le proporcionan un aroma y sabor intenso y dulzón por el clavo, pero no demasiado. Por esto es considerado un té Chai, es decir: una infusión elaborada a base de especias que se puede mezclar con leche.
El té negro procede de la planta Camelia Sinensis, un arbusto pequeño de hoja perenne que tiene un proceso de oxidación largo, lo que le confiere su color oscuro. Este proceso comienza después una recolección regulada e inspeccionada bajo el principio “ two leaves and the bud”, sólo se recolectarán las hojas más finas.
Primero se marchita o se deshidrata mediante evaporación. Después llega el enrollado, que es parte importante de la oxidación, ya que las hojas se rompen y se mezclan con el oxígeno, además, la forma de enrollar las hojas le da el aspecto que percibimos los consumidores una vez envasado. Iniciado el proceso con la compresión de las hojas, llega el momento clave: el té se coloca en tablas y se calienta durante una hora y media o dos horas para que las enzimas entren en contacto de nuevo con el aire y le confiera un sabor intenso. Se para la oxidación secándolo con aire caliente y se empaqueta. Podríamos decir que, más que un proceso de fermentación, es una aireación u oxidación.
Sus características fundamentales son su sabor exótico y su poder estimulante del sistema nervioso, pero de una manera natural y sana. Tomado con moderación a diario evita enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, es diurético, retarda el envejecimiento de las células, es anticancerígeno, mejora los niveles de colesterol malo en sangre, la circulación y es un excelente remedio en casos de tensión baja y propensión a los mareos.
Además las especias que se le añaden, como la canela, cuando se utiliza a partir de la rama optimiza el funcionamiento del sistema digestivo incrementando la producción de jugos gástricos que favorecen la digestión y aumentan el apetito. Por otro lado, el clavo contiene eugenol, un aceite muy aromático que previene la coagulación de la sangre y tiene propiedades analgésicas, anestésicas y antibacterianas.
Recordar que es importante infusionarlo a 95º y no más de cuatro minutos.
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